martes, 7 de abril de 2009

La realidad ¿una mera ilusión? (segunda parte)


¿Podría nuestro universo no ser más que un holograma? Hallazgos en el detector de ondas gravitacionales de Hanover podrían indicar que los píxeles con que trabaja el espacio-tiempo fueron descubiertos


Por Leonardo Vintiñi – La Gran Época
21.03.2009 14:47


(Steve Flippen/Flickr)

“Si los seres humanos se encontrasen nuevamente a sí mismos, conocieran el cosmos y cambiasen sus conceptos rígidos, la humanidad daría un gigantesco salto hacia delante”

Li Hongzhi, Lunyu

“A ellos, les digo, la verdad no sería literalmente nada más que las sombras de las imágenes”.

Platón, La República

Sombras; nubes. Luces de colores. Burda proyección de una realidad “más real”, el universo que habitamos se presenta cada vez más como algo ilusorio, onírico, donde cuerpos, mentes, ciudades y planetas fueran piezas de un gran truco de magia, sin mago ni espectador.

Sin embargo, la humanidad podría estar a un paso de ver el rabo del conejo escondido en la galera. De ver el doblez en la manga del ilusionista.

Científicos del detector de ondas gravitacionales GEO 600 de Hanover, Alemania, creen haber descubierto recientemente una “granulación” en el espacio-tiempo, que indicaría que todo nuestro universo no es más que un gigantesco holograma.

Al igual que una imagen digital pierde resolución con un aumento significativo de tamaño, los encargados del GEO 600 intuyen que la interferencia captada en el detector podría interpretarse como el límite de resolución que el universo es capaz de brindar a los ojos de la humanidad. El punto exacto en que el holograma de la realidad comienza a “pixelarse”.

“Parece como si el GEO 600 hubiese sido golpeado por las microscópicas convulsiones cuánticas del espacio-tiempo” dice Craig Hogan, director del Fermi National Accelerator Laboratory, en los Estados Unidos. Los científicos sospechan que la precisión del GEO 600, capaz de detectar variaciones de longitudes de onda a escalas subatómicas, sirvió para descubrir los pequeñísimos granos que componen el universo holográfico tridimensional, proyectado desde los confines bidimensionales del mismo hacia su interior.

Usted y yo, solo hologramas

La propuesta de un universo holográfico no es nueva. Ya en la década de los ´90, los científicos Leonard Susskind y el premio Nobel Gerard ´t Hooft, sugerían que el mismo principio que hace a la imagen bidimensional de un billete parecer tridimensional, podía aplicarse al universo entero.

En un intento reciente por explicar algunos de los enigmas de la gravitación cuántica, científicos del Instituto de Física Teórica de la Universidad Técnica de Viena, descubrieron que el universo podría ser más fácil de explicar con solo tres dimensiones, dos espaciales y una temporal. Daniel Grumiller, líder de las investigaciones en el campo, comparó al universo con un gigantesco holograma en el que la teoría de la cromodinámica cuántica podría encontrar mejores respuestas."Un holograma, como el que aparece en los billetes o en las tarjetas de crédito, parece mostrar una imagen tridimensional, aunque de hecho se trata de una imagen bidimensional" dice Grumiller.

Entonces, ¿por qué nuestros sentidos perciben una realidad tan distinta y “voluminosa” si no parecemos ser más que sombras proyectadas en una pantalla plana? El problema podría residir en que nuestros ojos humanos y nuestras poderosas lentes telescópicas se encuentran conformadas por una realidad tan holográfica como el resto del universo.

El segundo punto a considerar es que nuestro cerebro orgánico también se encuentra dentro de la ilusión, pudiendo no interpretar nunca un universo con mayor o menor cantidad de dimensiones que las percibidas. Según el neurofisiólogo Karl Pribam, fundador del Centro de Investigaciones del Cerebro de la Universidad de Radford, en Virginia, "nuestro cerebro construye matemáticamente la realidad interpretando frecuencias que vienen de otra dimensión, dominio de realidad significante, primariamente arquetípica, que transciende el tiempo y el espacio. El cerebro es un holograma interpretando un universo holográfico".

No obstante, la teoría del universo holográfico de solo dos dimensiones espaciales, confronta con las actuales visiones multidimensionales surgidas a raíz de las teorías de supercuerdas. Ante este marco de hipótesis tan dispares, muchos científicos sospechan que ya sea el universo un holograma o una ilusión creada por partículas en el vacío, todos los esfuerzos de la ciencia por intentar comprender la verdad tras el espejismo se encontrarían atrapados en un frustrante panorama de teorías indemostrables.

Sin embargo, muchos teóricos de vanguardia piensan que la inquietante brecha entre el campo de la cuántica y la física relativista podrían explicar fenómenos discutidos históricamente en el campo de la ciencia, como aquellos en los que la mente parece no estar asociada al cerebro: experiencias cercanas a la muerte, visión a distancia, precognición, campos morfogénicos, registros espacio-temporales y un largo etcétera.

En cualquier caso, y tratando de evitar falacias de universos pragmáticos donde la verdad parece servida de acuerdo a cada intérprete, la “alegoría de la caverna” de Platón pareciera ser la opción más racional a la hora de explicar esas vívidas experiencias del día a día que nuestro cerebro interpreta como la apariencia real del mundo.

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